jueves, 14 de enero de 2010

El Juicio de Dios

De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a
fin de que fuésemos justificados por la fe.

...........................................Gálatas 3:24
¿Habrá un Juicio, estás preparado para ello?
“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,” (Hebreos 9:27)
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
(Apocalipsis 20:11-12)
¿Has cometido pecado?
Sea cual sea tu respuesta, Dios nos muestra que ante sus ojos, todos somos pecadores:
“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23)
“porque la paga del pecado es muerte”(Romanos 6:23a)
Como vemos, para Dios no importan las obras que uno haya hecho. Todos hemos pecado. La consecuencia de esto es clara en la Biblia:
“y el pecado, siendo consumado, da a luz muerte” (Santiago 1:15b)
Dios no se refiere a una muerte física, sino a una espiritual. Esta muerte espiritual significa estar alejado de Dios. En esta condición, al morir una persona ya no tiene más oportunidad para tomar una decisión, y su muerte espiritual se convierte en eterna.
¿Piensas que tus obras te salvarán?
Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. (Isaías 64:6)
Dios lo declara en Su Palabra, todos nosotros, todos caímos. Nuestras justicias (buenas obras) son abominables delante de sus ojos.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8-9)
La limpieza de los pecados se realiza con derramamiento de sangre
Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. (Hebreos 9:22)
La Forma como Dios estableció la Salvación del hombre
Sin embargo, Dios en su infinito amor por cada uno de nosotros, creó una salvación de esta muerte eterna, y esa salvación está en Su Hijo.
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, (Romanos 3:23-25)
Asi que ya no es por obras, sino es gratis mediante la fe, la creencia en que Su sangre me limpia de todo pecado
“porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23 a-b)
“quién llevó El mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1ra. Pedro 2:24)
“porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mateo 26:28)
De esta forma, creyendo en el Señor pasamos de muerte a vida, porque aceptamos que El ya pagó por todos nuestros pecados. Sin embargo, esta paga sólo se puede aceptar si uno verdaderamente se arrepiente de sus pecados, pues dice:
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sen borrados vuestros pecados” (Hechos 3:19)
Dios nos dice que para “convertirse”, del pecado a Dios, para que sean borrados los pecados, primero debe haber un arrepentimiento sincero
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. (2da. Pedro 3:9)
¿Puede uno salvarse de otra forma o confiando en otra persona o ser angelical?
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.(San Juan 14:6-7)
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. (Hechos 4:12)
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. (1ra. Timoteo 2:5-6)